Durante la instalación de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción de la Cámara de Diputados, el diputado Éctor Jaime Ramírez, del PAN, afirmó que esta comisión se posiciona como una de las más relevantes para nuestro país, con la responsabilidad de abordar algunos de los temas más apremiantes de México: el combate a la corrupción, la promoción de la transparencia y el fortalecimiento de la rendición de cuentas.
De esta forma, uno de los temas urgentes no atendidos en la Cámara de Diputados es la crisis en el abasto y los fallos en la compra de medicamentos. Por esta razón, como Grupo Parlamentario del PAN, presentará iniciativas destinadas a mejorar los procesos de contratación y distribución de medicamentos, áreas que fracasaron en la administración anterior.
El PAN buscará implementar mecanismos de transparencia y control para las compras de medicamentos, evitando que continúen haciéndose adjudicaciones directas y discrecionales.
La administración pasada concretó la absurda idea de una «Mega Farmacia», propuesta que se aleja de la verdadera solución al desabasto de medicamentos en el país, que alcanzó la alarmante cifra de 45 millones de recetas no surtidas durante el sexenio anterior.
Es evidente que, a lo largo de estos seis años, el gabinete y el Presidente no aprendieron nada sobre la gestión de la salud. Sin embargo, encontraron en el gasto del sector salud una fuente de recursos que utilizaron a su antojo, a expensas de la salud de millones de mexicanos.
A pesar de esto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado la continuidad de la megafarmacia.
La promesa de entregar medicamentos faltantes en 48 horas suena vacía ante la realidad del desabasto. Los medicamentos especializados, como los oncológicos, no son simples productos que se pueden almacenar y distribuir sin más; requieren una logística detallada y una planificación precisa. Desafortunadamente, nada de eso está presente en el proyecto de la mega farmacia, que solo ofrece una línea telefónica y una lista de espera muy larga.
El verdadero costo de la «Mega Farmacia» no se mide en pesos, sino en vidas humanas. Cada día que un paciente espera por medicamentos que no llegan, cada minuto que un medicamento vital se retrasa en el tráfico logístico de un almacén o un call center, representa un minuto robado a la salud y bienestar de los ciudadanos.
Dicho lo anterior, podemos enunciar los graves problemas relacionados con la compra de medicamentos en los últimos seis años:
- Falta de planificación adecuada, principalmente en la cantidad, almacenamiento y distribución de medicamentos, lo que ha ocasionado retrasos, problemas logísticos y dificultades en la entrega oportuna a los centros de atención médica.
- Deficiencias en la transparencia, que han dado lugar a la adquisición de medicamentos de baja calidad, a precios inflados e incluso caducados o etiquetados en idiomas extranjeros.
- Problemas en el proceso de licitación y adjudicación, incluyendo la inadecuada selección de proveedores, retrasos en las convocatorias y en los fallos de selección de la oferta ganadora, así como en la elección de medicamentos de calidad al mejor precio.
- Cambios en la regulación que han generado incertidumbre en el proceso, dificultando la asignación de responsabilidades por el incumplimiento de contratos.
- Problemas de calidad y autenticidad, como la compra de medicamentos a países como Lituania, sin el debido registro sanitario, lo cual puede poner en riesgo la salud de los pacientes y socavar la eficacia de los tratamientos.
- Falta de coordinación entre las partes involucradas, debido a la ausencia de comunicación y coordinación efectivas entre las autoridades del gobierno federal, los proveedores y otros actores relevantes.
- Inexperiencia de los funcionarios en la planeación de compras de medicamentos adaptadas al contexto mexicano.
El país requiere de un enfoque descentralizado, flexible y sensible a las condiciones locales, no de un gigante burocrático administrado por militares que no conocen nuestro sistema de salud.
Por lo anterior, el Grupo Parlamentario del PAN plantea una iniciativa para que las compras dentro del sector salud deban asegurarse de lo siguiente:
- Las dependencias deben asegurarse de que los bienes y servicios adquiridos cuenten con registros sanitarios, certificados de calidad y cumplan con la normativa vigente.
- Los bienes y servicios deben cumplir con las normas de etiquetado en México.
- Se debe establecer un proceso formal para evaluar y seleccionar proveedores, garantizando su capacidad técnica y financiera, así como su experiencia y cumplimiento normativo.
- Los proveedores deben tener sistemas de trazabilidad para seguir los medicamentos desde su fabricación hasta su distribución, asegurando su autenticidad y seguridad. También deberán promover la farmacovigilancia para monitorear la seguridad de los medicamentos después de su comercialización.
- Las dependencias y entidades serán responsables de cualquier retraso o incumplimiento en el suministro de bienes y servicios, y enfrentarán sanciones administrativas o penales según la ley.
Todos los procesos de contratación serán supervisados por un Comité de Testigos Sociales, integrado por representantes de organizaciones de pacientes, expertos invitados y un representante del órgano interno de control correspondiente.